versión pdf

SIGUIENDO EL HILO DEL TIEMPO

VI

(Battaglia Comunista, nº 7 del 16 al 23 de febrero de 1949)

Traducido por Partido Comunista Internacional

“El Comunista” / “Per il Comunismo” / “The Internationalist Proletarian”

 

 

AYER

Iglesia y Estado. Vieja cuestión que sobre todo en los asuntos políticos italianos vuelve en primer plano a cada momento.

Según el pensamiento liberal burgués la religión no debería ser un asunto político, el estado democrático debería consentir todas las opiniones religiosas y tratar del mismo modo a los ciudadanos de cualquier creencia. Pero de la religión como hecho ideológico se pasa al culto, hecho de actos colectivos y públicos, y a la iglesia, organización asociativa con sólidas jerarquías y engranajes, con su fuerte tradición y estrecha disciplina. Este organismo declara abiertamente ocuparse no sólo de la fe y de la plegaria, sino del comportamiento y de las acciones de los hombres, las juzga, las prohíbe y las aprueba, y no es posible distinguir entre acción y comportamiento individual y colectivo, privado y público.

Esta fórmula utopista del estado neutro en el hecho de la fe religiosa y de la Iglesia neutra en los hechos de política interna e internacional, contradicha de modo estridente por siglos de historia de cada nación, no ha podido nunca satisfacer a la misma burguesía. Todos saben que para alcanzar el poder ésta tuvo que vencer la abierta resistencia del aparato eclesiástico que en el medioevo revindicaba el derecho de distribuir los cargos políticos, investir y coronar reyes y emperadores. La lucha por la revolución liberal fue sobre todo una lucha contra las iglesias, y desde el momento en que éstas se mostraron intransigentes, también una lucha contra el mismo principio religioso. Los liberales nacieron ateos, después a medida que la clase por ellos representada se volvía estable en el poder y conformista, admitieron la religión, pero conservaron por más o menos tiempo el originario anticlericalismo, en especial en los países católicos, sobre todo en Italia.

Aquí la Iglesia no sólo, como en todas partes, quería interferir en las cosas de estado, sino que ella misma era un Estado y gobernaba el territorio romano. La larga lucha para quitarle el poder temporal quería ser concluida por el liberalismo italiano en las fórmulas de la iglesia libre en el estado libre, de la religión católica religión del estado, en la tolerancia de cualquier otro culto. Por largo tiempo el Vaticano rechazó los términos del compromiso.

La posición del proletariado y de su teoría, el marxismo, es en esta materia muy clara. Poniendo en la economía y en los hechos sociales la base de las luchas políticas y de las ideologías que son su reflejo, la religión venía plenamente considerada como un hecho político y una ideología igualmente derivada de la base social, las varias iglesias tratadas como organizaciones políticas y aún más con funciones siempre solidarias a las resistencias de las clases dominantes, también en los periodos históricos en los que los reflejos de las rebeliones sociales tuvieron que tomar el perfil de cismas religiosos como podría decirse para el mismo nacimiento del cristianismo y para el movimiento de la Reforma.

A parte de la crítica teórica de toda interpretación religiosa de la naturaleza (que ya el pensamiento burgués había intentado) y de las relaciones sociales e históricas, el socialismo reconoció por todas partes en la religión y en la Iglesia fuerzas que en la lucha contra la burguesía habrían estado directamente e integralmente con ella.

Sin embargo las supervivencias del anticlericalismo burgués de tipo masónico en muchos países y en Italia en modo especial fueron a menudo valoradas de modo erróneo con la táctica de las alianzas de bloque, confundiéndose el proceso de conversión de las más potentes fuerzas del capitalismo desde la lucha contra la iglesia a la alianza con ésta, con una ilusoria lucha de una más avanzada burguesía anticlerical contra estratos retrógrados y reaccionarios, mientras la tendencia política más reaccionaria que por decenios está en circulación es, precisamente, a la luz de la verdadera crítica marxista, el superadísimo y decrépito liberalismo de tipo masón.

Tal equívoco y la ruinosa nostalgia de una lucha democrática de bloque se extendieron una vez más cuando también en Italia se llevó a cabo la paz entre el moderno capitalismo y la organización religiosa, con los pactos Lateranses de Mussolini.

 

HOY

Que se tratase de un acercamiento definitivo entre las dos fuerzas políticas paralelas del estado capitalista y de la Iglesia, lo hace evidente el hecho de que ninguno de los partidos que se han opuesto al fascismo y le han sucedido en el poder, ha propuesto o propone que se ponga fin a esta conciliación.

El proceso que condujo hasta aquí comenzó bajo Giolitti con la intervención de los católicos en la lucha política para hacer frente al socialismo revolucionario, se desarrolló con el surgimiento del partido popular que colaboró al inicio con el mismo fascismo del que nadie se tomaba en serio ciertas poses anticlericales y algunas ricinature[1] de curas considerados neutralistas, o sea (veáse el caso) enemigos de aquellas potencias occidentales contra las que el fascismo se lanzó después en cruzada… El proceso de conciliación del que hablamos se perfeccionó después del veintenio y la guerra con la formación de la democracia cristiana, reconocida magna pars de aquella gran estupidez que se llama la resistencia, aceptada como aliada sindical y gubernamental por nuestros sedicentes comunistas y socialistas y finalmente instalada en un poder casi exclusivo.

Cuan indigno revoltijo es la concurrencia de todas las ideologías en bancarrota propias de la miserable burguesía italiana lo demuestra que, en este gobierno, muy grato al Vaticano ya tan bombardeado por los cañones retóricos, hay no obstante partidos directamente paridos por los bloques masones como liberales, republicanos mazzinianos y socialistas muy de derecha. Gran risa por lo tanto porque en el mismo día el jefe católico del gobierno visitó al papa para celebrar el aniversario de la pacificación mussoliniana, y al mismo tiempo se festejaba también el centenario de la burguesísima sí, pero dada la situación de los tiempos radicalísima república romana, que defenestró de la Urbe Iglesia y Estado papal al mismo tiempo (¡y sí Pío noveno había jugado ya la carta liberal y constitucional!). ¡El papa es papa y rey, aborrecedles por tres! – declamaba el burgués italiano, el burgués más desinflado de la historia, y que sin embargo levantaba las manos sacrílegas sobre la sagrada persona, mientras después de cien años de un ciclo glorioso, salvado con los fastos partisanos logias y sacristías, funda la obra culminante de la república (toda romana) vaticano-kremlin-quirinalesca, heredera legítima de la histórica solución dada por el fascismo a la vieja cuestión entre estado e iglesia.

Porque los últimos en poderse indignar y maravillarse del idilio vaticanesco son los estalinistas. Ellos están indignados por una sola cosa, por estar fuera del poder; rabiosos sólo por el hecho de que no han sido ellos quienes han ido a besar la pantufla sino el afortunado concurrente electoral. No sólo, si conquistasen el poder legal del Estado burgués en Italia no cambiarían la política eclesiástica y religiosa, sino que estarían incluso dispuestos a aceptar puestos en un gobierno de colaboración con los católicos, como postulan a cada momento.

E incluso en aquellos países, en los que por relaciones contingentes, luchan políticamente con las fuerzas de la iglesia, su lujuria innata de inversión de los principios les conduce a mantener en la polémica que están dispuestos a admitir la libertad religiosa para una iglesia que no haga política y que no combaten al clero como un necesario aliado del capitalismo. Aún más, llegarían hasta a fabricarse una religión y una iglesia que hagan su política.

El embrollo se explica por el hecho de que son aliados del capitalismo ellos mismos.

 

[1]N.d.T: Ricinature en italiano significa envenenamiento con aceite de ricino.

Anterior hilo del tiempo>>

Siguiente hilo del tiempo>>